Señorita toalla femenina:

Es usted uno de los seres que más detesto, no digo que la odio pues mi amor y mi odio no a cualquiera se los doy, mes con mes viene con su olorcito a manzanilla, relleno de aloe vera y alitas orejitas dumbo esperando la desvirgue al quitarle su tirita de papel, dejando así el íntimo pegamento a la vista ( y tacto) ,que instantes después se adherirá promiscuamente a mi pantaleta.

Déjeme decirle que me cae mal, me limita usted en cuanto a lencería , mientras usted esta ahí en mi entrepierna las tangas e hilos dentales se quedan aburridos en el cajón. No me venga usted con que ya viene en presentación hilo dental; ambas sabemos que eso no funciona, que para una buena protección debe usted ser tamaño colosal, abarcar el frente, el medio y el trasero para la correcta libertad de movimientos sin riesgo de accidentes.

Y es que si algo detesto más que a usted señorita toalla femenina, es el tiempo en que mi vientre llora por la carencia de un cigoto y me castiga con dolores , barros y ganas de llorar con los anuncios de la compañía de seguros. Y por si fuera poco , tengo que recurrir a usted y al syncol que me cae de bien lo mismo que un zancudo zumbandome al oído.

Ni siquiera trate de refutarme con el típico: si no te gusta, vete con los tampones. Que esos sólo vienen y la desquintan a una, robándole así el sueño de casarse de blanco.